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Establecida en el corazón de los viñedos del Ródano desde el siglo XVI, FAMILLE RAVOIRE cuenta con un rico patrimonio histórico que combina la épica caballeresca y las guerras religiosas.
La familia Ravoire se instaló en el siglo XII en el «Condado» de Saboya, más concretamente, en la región de Montmélian. Eran hombres de armas que llegaron del Báltico tras el desmembramiento del reino de Carlomagno y la división del imperio. Los Ravoire respondían antaño al apellido «De La Ravoire» porque eran una familia de la nobleza menor, de la nobleza de espada. En la jerarquía nobiliaria, su rango es por tanto el de «caballero». Desde entonces, la familia Ravoire ocupó una posición destacada en la vida de la comunidad saboyana. Así, se convierte en un actor privilegiado en la realización de campañas y la resolución de conflictos en el condado.
A mediados del siglo XIV, la superpoblación de la Provenza y de los condados vecinos provocó hambrunas, agravadas por la peste negra. Estas dos terribles lacras provocaron la desaparición de la mitad de la población, por lo que los pueblos tuvieron que ser repoblados a partir de mediados del siglo XV. Así, las autoridades locales se dirigieron a las regiones y países vecinos, buscando en su mayoría familias italianas y saboyanas. En 1471, la familia Ravoire se encontraba entre los inmigrantes de Saboya que acudieron a instalarse en el Condado Venesino, cerca de Carpentras.
Sin renunciar a su pertenencia a la nobleza de espada, la familia Ravoire, a través de sus miembros caballeros, se implicó en la vida de la región y participó en los conflictos entre los distintos señoríos. La epopeya caballeresca de los Ravoire está notablemente marcada por la lucha del capitán Ravoire junto a los señores de la región contra el duque de Épernon, que actuaba impunemente en el territorio. Para restablecer el orden y la paz en el condado, el capitán Ravoire dirige, en 1593, el ataque del fuerte de Pertuis, que concluye con éxito.
Durante los siglos que siguieron a esta inmigración y a esta llegada rica en aventuras para los caballeros de la familia, las sucesivas generaciones se arraigaron profundamente en este territorio del valle del Ródano, especialmente como viticultores en el macizo de Luberon.
Roger Ravoire, movido por el apego de su familia a la vid y su deseo de aprovechar el potencial de dos regiones vitivinícolas únicas como el valle del Ródano y la Provenza, fundó su empresa familiar en 1987 con la ayuda de su esposa Francine. En 2004, su hijo Olivier se incorporó a la empresa para desarrollar el negocio y promover la excelencia de los terruños de la región
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